COMUNICADO DE PRENSA
Fedepalma rechaza vandalismo y bloqueos en vías de Norte de Santander a causa del paro cocalero
Bogotá, 3 de noviembre de 2017.
Un llamado con carácter urgente al Gobierno Nacional hace nuevamente Fedepalma, esta vez por la situación que se presenta con el paro cocalero, en Ocaña, Norte de Santander, debido a la movilización promovida por la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) y la Coordinadora de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana (Coccam), que desde hace ocho días empezó como una protesta pacífica por parte de cultivadores de hoja de coca contra la administración local y hoy ha escalado a una situación tensa que ha generado actos vandálicos y bloqueos en vías de Norte de Santander, los cuales han impedido la libre circulación de los transportadores de carga y por ende han afectado la actividad palmicultora.
Genera enormes dudas sobre los verdaderos propósitos de estas manifestaciones, el que vengan permeadas por actores deliberadamente interesados en subvertir el orden público mediante el uso de las vías de hecho, tales como el ataque a la fuerza pública con piedras y bombas molotov, así como la incineración de vehículos de carga.
Fedepalma con profunda preocupación considera que este tipo de actos vandálicos, entre ellos el derrame de aceite de palma transportado en carrotanques que se desplazaban en la mañana de ayer por el viaducto del corregimiento de La Curva, en la vía que conduce de Astilleros a Ocaña, no solo afecta a los empresarios, a los trabajadores y a los transportadores sino a toda la región y al medio ambiente por la contaminación que pueda traer este derrame en cuerpos de agua.
El gremio plantea que se requieren medidas integrales por parte de las autoridades locales y nacionales para superar esta problemática a través de acciones concretas y una mayor presencia del Estado, por lo cual rechaza de manera categórica el uso de las vías de hecho, tales como los cercos impuestos por los integrantes de asociaciones cocaleras en las vías del Catatumbo y la provincia de Ocaña, que además de lesionar gravemente el derecho fundamental a la libre circulación y atentar contra la seguridad de los ciudadanos, genera graves consecuencias a todos los sectores económicos que reclaman una mayor protección de las autoridades.