“La palma nos da un cambio de vida, solo si somos buenos productores”
Hace 25 años Etilda Isabel Acosta se integró al sector palmero gracias a la motivación de su madre. Siendo esta cabeza de hogar, encontró en la siembra de palma una oportunidad para sacar adelante a su familia, y le enseñó a Etilda diversas prácticas agrícolas que le permitieran prosperar en el campo.
Hoy, Etilda se siente orgullosa y agradecida por haber continuado con el legado de su madre, sacando adelante su proyecto palmero con cariño y respeto. “La palma nos da un cambio de vida, solo si somos buenos productores”, expresa con convicción. Por ello, siempre trata de realizar las mejores prácticas, permitiendo brindarles educación a sus hijos y apoyarlos en todo lo que necesiten, así como también a sus nietos.
Como buen relevo generacional, Etilda se encuentra en el proceso de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones de su familia. Su deseo es que sus hijos y nietos continúen con el legado, manteniendo viva la tradición palmera en la familia.