La palma de aceite, un cultivo que une familias
Resultado más exitoso de su cultivo
Junto a su fallecido esposo, lograron sacar adelante un cultivo, que en un principio creían que era fácil de mantener, consecuencia de malos consejos. Además, lograron expandirlo de 5 a 29 hectáreas. Han alcanzado mantener un negocio en el que no solo estuvo junto a su pareja, sino con varios de sus hermanos, a quienes convencieron para que invirtieran también y así poder expandirlo exitosamente y forjar un negocio familiar que los ha mantenido unidos.
Reto que tuvo que superar para llegar a ese resultado
Cuando invirtieron en la palma de aceite, les dijeron que era un cultivo fácil de mantener y resistente porque venía de África. Ese fue el primer reto. El segundo, cuenta Dineth, es que seguían una concepción de que la agricultura debía estar basada en la experiencia de los abuelos, lo que generó consecuencias con la pudrición del cogollo y el invierno. Dineth es consciente que los procesos cambiaron y se requiere un conocimiento profundo y no solo ancestral, por lo que fueron a conocer plantaciones afectadas por esta enfermedad.
Hecho detonante que lo llevó a tomar esa alternativa
En Puerto Wilches, Santander, pudieron conocer la devastación de la pudrición del cogollo y lo que ocasiona a un cultivo. Luego visitó el Campo Experimental Palmar de la Vizcaína, donde vio la dedicación de los investigadores y los resultados que dan. Ambas experiencias los ayudó a tomar conciencia y acción en su plantación, adoptando Buenas Prácticas Agrícolas que los ayudaron a mejorar la productividad y expandir su cultivo.
Es un caso de éxito porque…
Entendieron que el éxito para tener un cultivo productivo requiere contar con la información y la asesoría correcta. Esto les permitió asegurar una sostenibilidad económica, con un negocio familiar formal que los ha mantenido unidos y a flote.