María Lorena Quiñonez es una palmicultora de 42 años, quien desarrolló un profundo amor por el sector palmero gracias a sus abuelos, quienes también estaban vinculados a este cultivar.
Su trayectoria en el sector la ha llevado a adoptar diversas prácticas en su finca La Fortuna, destacándose actualmente en la labor de polinización de palmas híbridas OxG, un trabajo el cual realiza con dedicación, amor y conocimiento técnico gracias a las asistencias técnicas recibidas de Agromira, Cenipalma y el acompañamiento de Fedepalma.
Para María, este camino ha sido una verdadera bendición. A lo largo de su experiencia, ha tenido la oportunidad de conocer a grandes mujeres cabeza de familia que, a pesar de las dificultades del trabajo en el campo, lideran procesos esenciales con valentía y compromiso.
La palmicultura, para ella, es mucho más que un trabajo: es una pasión impulsada por la fuerza de muchas mujeres que creen en el poder transformador del cultivo. Su desafío diario es hacer las cosas bien, manteniendo un cultivo de excelencia mediante prácticas sostenibles que aseguren su calidad a lo largo del tiempo.