Alma Rosa Espinosa González es una productora de pequeña escala que lleva 25 años vinculada al cultivo de palma de aceite, gracias a su madre, quien tenía su propio cultivo y gestionaba todas las labores del campo, mientras asumía el rol de madre y padre al mismo tiempo.
Este ejemplo de esfuerzo y determinación marcó a Alma Rosa, quien desde pequeña la observaba y ayudaba, comprendiendo que el cultivo de palma transformó la vida de su familia. Gracias a este trabajo, ella y sus hermanos pudieron acceder a una buena educación y crecer en un entorno cómodo.
Inspirada por el legado de su madre y la calidad de vida que este trabajo les brindó, Alma Rosa decidió continuar en el sector palmero con su propio emprendimiento hace diez años.
Gracias a su dedicación, ha logrado beneficiar a su familia y contar con el apoyo de sus hijos, especialmente de su hijo varón, quien participa activamente en la renovación del cultivo y se muestra motivado por seguir sus pasos en el sector palmero, dando lugar a un relevo generacional dentro del linaje familiar.
Alma Rosa también se capacita constantemente, asistiendo a talleres organizados por la Federación, con el objetivo de adquirir nuevos conocimientos y aplicarlos en su cultivo, fortaleciendo así su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo del sector.